Historia de la pedagogía de alternancia

El origen de la alternancia se remonta a 1935, en Francia, donde un agricultor y padre de familia incita a un grupo de jóvenes a seguir estudios profesionales. Estos deciden pasar una semana por mes internados en la casa parroquial del pueblo y el resto del tiempo lo aprovechan realizando cursos por correspondencia.
Un año después, la experiencia es repetida por 17 alumnos y se crea una cooperativa de producción, transformación y venta de productos agrícolas alrededor del cultivo de la ciruela. Finalmente, un grupo de padres decide comprar una casa que recibe el nombre de la Maison Familiale (casa familiar), que da nacimiento al primer establecimiento educativo de este tipo.
Formación integral
Ésta es la primera de muchas casas familiares rurales que nacen con el fin de ofrecer a sus hijos una formación general, social y profesional adaptada a la condición de jóvenes campesinos.
Ésta metodología se fue expandiendo por el mundo al impulsar una enseñanza activa que tiene a la familia como motor y sustento fundamental.
El alumno cumple un rol protagónico y es asistido por formadores calificados denominados monitores que hacen visitas periódicas a sus hogares en lo períodos en que permanecen fuera de la escuela.
Las ventajas de este sistema educativo son varias: Los jóvenes no tienen que abandonar a sus familias para asistir a la escuela por lo que preservan su vínculo; el número de alumnos es reducido lo cual lleva a una atención personalizada y a su vez la vida en internado incluye una formación humana y social que lleva a los chicos a sentir la escuela como un segundo hogar; la familia entera es la que aprende y se involucra con la evolución de sus propias producciones agrarias.
Hoy existen en Francia alrededor de 450 escuelas de alternancia, que unen a padres, educadores y alumnos.
Y por casa...
En la Argentina, en 1970, surgió la primera escuela con el sistema de alternancia.
Era una escuela de la familia agrícola, que adopta el mismo modelo de las casas familiares; es decir, una escuela de gestión privada en manos de un consejo de administración.
Por su parte, la fundación Marzano crea los centros de formación rural (CFR) basándose en estos mismos principios. Comienza en la provincia de Buenos Aires y luego continúa en Santa Fe. Por último, en 1989 nacieron los Centros Educativos para la Producción Total (CEPT) como una alternativa de educación para el medio rural de cogestión con el Estado.